COMO AYUDAR A ALGUIEN QUE HA PERDIDO A UN SER QUERIDO

Si quieres acompañar a un familiar o amigo que ha perdido un ser querido, y no sabes cómo hacerlo, te proponemos una serie de indicaciones para que encuentres la mejor manera de ayudarle.

Evitar las frases hechas
La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: “Tienes que olvidar”, "Mejor así, dejó de sufrir”, "El tiempo todo lo cura", “Mantente fuerte por los niños”, "Es la voluntad de Dios", "Es ley de vida"…
Lo que más suelen necesitan al principio es hablar y llorar. No decirle que tiene que sobreponerse, ya lo hará a su tiempo.
Si no sabes que decir, no digas nada. Escucha, estate presente, sin pensar que tienes que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo.
Si no sabes que hacer, colaborar en algunas tareas cotidianas (hacer la compra, ir a buscar a los niños...) o encargarte del papeleo, puede ser una buena manera de ayudarlo/a.

Tener en cuenta las actitudes que no ayudan
No le digas que le comprendes si no has pasado por una situación similar.
No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
No te empeñes en animarle/a o tranquilizarle/a. Posiblemente lo que necesita sólo es que le escuches.
No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.
No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.

Dejar que se desahogue
Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo…por la muerte de un ser querido, suele ayudar a elaborar el duelo.
Estás equivocado/a si piensas que verle o dejarle llorar y emocionarse no sirve más que para añadir más dolor al dolor.
Estas equivocado/a si crees que ayudar a alguien que sufre es distraerle de su dolor. Mediante la vivencia y expresión de los sentimientos, la persona en duelo suele sentirse aliviada y liberada.
No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tienes que decir o hacer nada especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto.
No temas tú mismo llorar o emocionarte. No hay nada malo en mostrar tu pena, en mostrar que a ti también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo/a o familiar en esa situación.

Permitir que hable del ser querido que ha muerto
Permitir que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite.
Comparte con tu familiar o amigo/a recuerdos de la persona fallecida (ver fotos, contar anécdotas...)
Recordar a la persona amada es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino que tienen que recorrer.
Hay personas que viven un duelo privado y no les gusta exteriorizar sus emociones. Respetaremos también su necesidad de no hablar.